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En los últimos años han proliferado plataformas digitales y aplicaciones web que prometen tramitar concursos de acreedores o procesos de Segunda Oportunidad de forma automática y a bajo coste sin contar con un abogado especializado. Sin embargo, este tipo de servicios no ofrecen asesoramiento jurídico real, no analizan la situación jurídica concreta del deudor y, especialmente, no acompañan al cliente en la fase posterior a la exoneración, cuando con frecuencia surgen nuevas reclamaciones por parte de acreedores que intentan saltarse u obviar la cancelación de deudas.
Por todo ello, contar con un abogado especializado en Derecho Concursal es un elemento esencial para asegurar la correcta tramitación del procedimiento y proteger al cliente incluso después de la obtención del Auto de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (EPI).
1. Complejidad técnica del concurso de acreedoresa presentación de un concurso de acreedores —tanto de persona física como de empresa— es uno de los procedimientos jurídicos más complejos de nuestro ordenamiento. La normativa concursal está en constante evolución, requiere un profundo conocimiento técnico y exige una estrategia procesal adecuada para garantizar el éxito del procedimiento y la futura exoneración de deudas.
El concurso de acreedores se rige por el Texto Refundido de la Ley Concursal (TRLC), una norma altamente técnica, con múltiples remisiones, fases y especialidades. Presentar un concurso no es simplemente rellenar formularios: exige una minuciosa revisión de documentación, un análisis patrimonial, la determinación de la masa activa y pasiva y la elaboración de una memoria que cumpla con los requisitos legales.
Un abogado concursal especializado debe:
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Examinar los movimientos patrimoniales de los últimos años.
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Identificar posibles riesgos de calificación culpable.
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Preparar la documentación contable o fiscal necesaria.
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Asesorar sobre si conviene preconcurso, concurso con liquidación o concurso con plan de pagos.
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Establecer criterios de protección del patrimonio inembargable (salario, vivienda, herramientas de trabajo).
Este nivel de detalle no puede ser sustituido por una plataforma automática.
2. Diferencias entre contratar un abogado experto y usar una plataforma web
Cada vez más plataformas prometen “trámites express” con precios reducidos. Sin embargo, la diferencia entre ambos modelos es sustancial:
Plataformas o aplicaciones web
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No revisan documentación en profundidad.
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No diseñan estrategia concursal personalizada.
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No asisten al deudor en vistas judiciales.
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No contestan requerimientos específicos del juzgado.
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No defienden al cliente ante acreedores que ignoran la exoneración.
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No analizan riesgos de responsabilidad civil o penal.
En muchos casos, estas plataformas solo actúan como intermediarios, derivan al cliente a “gestores” no especializados o presentan concursos incompletos que pueden causar más perjuicios que beneficios.
Abogado especialista en Derecho Concursal
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Realiza un estudio jurídico integral.
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Analiza riesgos de calificación culpable y los evita.
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Acompaña al cliente desde la preparación de documentos hasta la obtención del auto.
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Atiende requerimientos precisos del juzgado.
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Negocia con acreedores y con la administración concursal.
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Garantiza la correcta protección de bienes inembargables.
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Defiende al cliente después de la exoneración frente a reclamaciones indebidas.
La diferencia es, en definitiva, la seguridad jurídica.
3. Formación especializada: cursos obligatorios de los Colegios de Abogados
La práctica concursal exige formación continua. Los Colegios de Abogados requieren para la inscripción en listas de administradores concursales y para acreditarse como especialistas la realización de cursos como:
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Cursos de Especialización en Derecho Concursal (mínimo 100–150 horas).
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Formación continua obligatoria en reforma concursal.
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Programas de especialización en Segunda Oportunidad.
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Seminarios sobre concursos sin masa, calificación culpable y liquidación.
Estos programas están impartidos por magistrados, administradores concursales y profesores universitarios. Esta formación no existe en las plataformas automatizadas de tramitación.
4. La importancia del abogado tras la exoneración: defensa frente a acreedores persistentes
Obtener la exoneración no significa que todo termine. Muchos acreedores intentan:
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Reclamar judicialmente deudas ya exoneradas.
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Insistir en la ejecución hipotecaria o en embargos previos.
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Negarse a sacarte de la lista de morosos.
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Continuar enviando notificaciones de cobro o incluir las deudas en ficheros de solvencia.
Aquí es imprescindible la intervención del abogado, que puede:
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Instar ejecución del auto de exoneración.
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Solicitar multas coercitivas por incumplimiento.
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Denunciar vulneración de la normativa de protección de datos.
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Exigir la eliminación de datos en ASNEF, Experian o BADEXCUG.
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Defender al cliente frente a nuevas demandas basadas en deudas extinguidas.
Sin un abogado especializado, el deudor queda desprotegido ante estas prácticas abusivas.