La reforma del Derecho concursal operada por la Ley 16/2022 ha introducido un sistema más flexible y adaptado a la realidad económica actual, diferenciando claramente entre el concurso de acreedores de microempresa y el concurso de persona física. Aunque ambos procedimientos comparten principios estructurales, su finalidad, tramitación y consecuencias jurídicas presentan importantes matices que deben ser analizados con detalle para elegir la vía más adecuada en cada situación de insolvencia.
En esta entrada se realiza un análisis jurídico completo y actualizado de ambos procedimientos, con referencia a los artículos aplicables del Texto Refundido de la Ley Concursal (TRLC), destacando sus diferencias, similitudes y consecuencias prácticas, con un enfoque especialmente útil para profesionales y personas afectadas por una situación de insolvencia.
1. Marco normativo común del concurso de acreedores
Tanto el concurso de acreedores de microempresa como el concurso de persona física se regulan en el Texto Refundido de la Ley Concursal, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2020 y profundamente reformado por la Ley 16/2022. Ambos procedimientos se rigen por los principios de universalidad, igualdad de trato de los acreedores, conservación del patrimonio y protección del deudor de buena fe.
La declaración de concurso produce efectos comunes en ambos casos, como la suspensión de ejecuciones singulares, la concentración de créditos en el procedimiento concursal y la obligación del deudor de colaborar activamente con el juzgado.
2. Concurso de acreedores de microempresa
El procedimiento especial para microempresas se regula en los artículos 685 a 720 del TRLC. Está diseñado para empresas o personas físicas empresarias que cumplan, al menos, dos de los siguientes requisitos: menos de diez trabajadores, volumen de negocio anual inferior a 700.000 euros o pasivo inferior a 350.000 euros.
Este procedimiento se caracteriza por su tramitación simplificada, digitalizada y con uso obligatorio de formularios normalizados. Se reduce la intervención del administrador concursal y se prioriza la rapidez y eficiencia del proceso, con el objetivo de favorecer la continuidad de negocios viables o una liquidación ordenada.
En el concurso de microempresa se otorga especial relevancia a los planes de continuación y a los mecanismos preconcursales, permitiendo al empresario anticiparse a la insolvencia y minimizar el impacto económico.
3. Concurso de persona física no empresaria
El concurso de persona física no empresaria se orienta principalmente a la obtención de la exoneración del pasivo insatisfecho, conforme a los artículos 486 y siguientes del TRLC. Está pensado para consumidores y particulares que no desarrollan actividad empresarial y cuya insolvencia deriva de circunstancias personales o económicas sobrevenidas.
Este procedimiento presta especial atención a la buena fe concursal del deudor, al análisis detallado de su patrimonio personal y a la protección de bienes legalmente inembargables, como el salario dentro de los límites del artículo 607 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
La persona física puede optar entre una exoneración con liquidación de bienes o una exoneración con plan de pagos, lo que permite adaptar el procedimiento a la situación concreta del deudor.
4. Diferencias esenciales entre ambos procedimientos
La diferencia más relevante entre ambos procedimientos radica en su finalidad. El concurso de microempresa busca, preferentemente, la continuidad de la actividad económica o una liquidación eficiente, mientras que el concurso de persona física tiene como objetivo prioritario la liberación del deudor de sus deudas.
Existen también diferencias en la intervención judicial, en la participación de los acreedores, en la duración del procedimiento y en el tratamiento del crédito público, que en el concurso de persona física está parcialmente exonerado dentro de los límites legales.
5. Similitudes relevantes
Ambos procedimientos comparten la exigencia de transparencia y colaboración del deudor, la suspensión de ejecuciones, la posible calificación culpable en caso de incumplimiento y la necesidad de un asesoramiento jurídico especializado para evitar errores procesales.
Asimismo, tanto en el concurso de microempresa como en el de persona física, la actuación de mala fe puede conllevar la pérdida de los beneficios concursales y responsabilidades adicionales.
6. Importancia del asesoramiento jurídico especializado
La correcta elección entre el concurso de microempresa y el concurso de persona física no siempre es evidente, especialmente en supuestos fronterizos como autónomos o pequeños empresarios. Un abogado especializado en Derecho concursal resulta esencial para analizar la situación, elegir la vía adecuada y diseñar una estrategia procesal eficaz.
Conclusión
El concurso de acreedores de microempresa y el de persona física son instrumentos distintos dentro de un mismo sistema concursal moderno. Conocer sus diferencias y similitudes permite adoptar decisiones informadas, proteger los intereses del deudor y maximizar las posibilidades de éxito del procedimiento, ya sea para preservar la actividad económica o para lograr una exoneración definitiva de las deudas